¡Qué bueno...!

 

- Como si fueran dados lanzados sobre una mesa de vidrio, así se nos presentan las circunstancias de la vida. No importa cómo los tiremos, pues podremos ver cualquiera de los números, variando nuestra perspectiva.

 

- En la vida hay personas que sólo ven los números bajos y otras que siempre ven los números altos.

 

- Cuentan que un rey tenía un criado que, ante circunstancias adversas, siempre decía: “qué bueno, qué bueno, qué bueno”. Un día de cacería el rey se cortó un dedo del pie y el consejero exclamó: “qué bueno, qué bueno, qué bueno”.

 

- El rey, cansado de esta actitud, lo echó y el consejero respondió: “qué bueno, qué bueno, qué bueno”. Tiempo después, el rey fue capturado por una tribu de indígenas para sacrificarlo ante su dios. Cuando lo preparaban para el ritual, vieron que le faltaba un dedo del pie y decidieron que, al estar incompleto, no era digno para su divinidad; y lo dejaron en libertad.

 

- El rey recordó las palabras del criado y pensó: “qué bueno que haya perdido el dedo gordo del pie, de lo contrario ya estaría muerto”.

 

- Mandó llamar a palacio al criado y se lo agradeció. Pero antes le preguntó por qué dijo “qué bueno” cuando fue despedido. El consejero respondió: “si no me hubiese echado, habría estado con usted y como a usted le habrían rechazado, a mí me hubieran sacrificado”.

 

- La vida es como un laberinto con muchos caminos por tomar. Podemos aferrarnos en ir en una determinada dirección, marcada por las circunstancias son difíciles que atravesamos. Pero hay que tomar una actitud como la del consejero de la historia: positiva y de desapego.

 

- Así, la próxima vez que te enfrentes a una dificultad podrás decir como el consejero del rey: “qué bueno, qué bueno, qué bueno” (pensando que algo bueno podrás sacar de ella).

 

Una y otra vez

 

- No aceptes el desaliento; una y otra vez vuelve a reconstruir.

 

- Observa a los pájaros. Después de una noche de lluvia y fuerte viento, por las mañanas están sus nidos destruidos lejos de los árboles… Cuando hay que podar lo árboles, ¿quién se acuerda de los pájaros? Se quedan sin nido…

 

- Pero, seguramente, les oyes cantar. Aún con el nido destruido, animosos, acarrean material para construir otro. Tal vez mejor, tal vez más fuerte…

 

- Por su nido caído y destruido, quizás los pájaros habrán callado un momento. ¡Solo un momento! De qué sirve llorar frente a las ruinas. Hay que empezar de nuevo…

 

- Pronto, el nuevo nido estará armado y, si otra tormenta llegara a derribarlo, una y mil veces volverán a construirlo…

 

- Piensa que con tu manera de actuar puedes vivir un bonito presente y construir las bases para un futuro prometedor.

 

- Admira a los pájaros por su afán esperanzado. ¿Qué otra cosa es la esperanza sino el negarnos a los golpes de la adversidad? ¿Qué otra cosa es la esperanza sino el modo interior de creer en un mañana mejor?

 

- Cuando una ilusión muere, sigue abrigando nuevas ilusiones y, por más que te golpee la vida, no claudiques. Fortalece tu esperanza, ármala de nuevo y vuelve a empezar…

 

- Si tus anhelos son justos, si no dañan a nadie los sueños que te impulsan, insiste una y otra vez, algún día alcanzarás el triunfo.

 

Toma distancia

 

- ¿Por qué es tan difícil enfrentar los problemas con una actitud positiva? Por la distancia entre tú y el problema. Imagínate que vas en patines, remolcado por un coche (auto-carro). Si tienes la soga (cuerda) muy corta entre tú y éste, seguramente, no verás con anticipación los baches en la calle y te golpearás.

 

- En cambio si eres remolcado por un coche (auto-carro) con una soga (cuerda) larga, verá los baches y podrá esquivarlos. Lo mismo ocurre en la vida: mientras más distancia tomes entre tú y los problemas, podrás tener más libertad para escoger tu respuesta y evitar así los golpes.

 

- El estrés, el trabajo exagerado, la falta de tiempo para descansar, para dedicarle a la familia y para desarrollar actividades recreativas y espirituales; en suma, el estar des balanceado acorta “la soga (cuerda)” y te quita libertad para responder.

 

- Si llegas del trabajo con estrés y tu hijo comete una travesura, reaccionarás desproporcionadamente, haciéndoles daño a quienes más quieres.

 

- Cuando estamos tensos, con sobrecarga de trabajo, y un colega nos hace una crítica, explotamos. Así creamos un clima laboral contraproducente y afectamos las relaciones interpersonales.

 

- Dedícale tiempo a la persona más importante de tu vida: tú mismo. Alarga más tu “soga (cuerda)”.

 

Problemas y Soluciones

 

 

- Para cualquier dificultad en la vida existe una razón que muchas veces escapa a nuestra perspectiva y no la percibimos en el momento. No podemos entender el por qué de todas las paredes del laberinto, a menos que nos elevemos y veamos la figura completa.

 

- La vida es un aprendizaje permanente. En el caso de los estudiantes, estos reciben primero la lección y luego los problemas por resolver. En la vida real es al revés: primero nos dejan problemas para resolver y luego debemos deducir la lección.

 

- De la misma forma como la tensión durante un examen hace que baje nuestro rendimiento, la vida nos prueba que la mejor forma de rendir bien es con desapego y una buena actitud hacia las dificultades.

 

- Nada ganamos, preocupándonos, angustiándonos y torturándonos con los problemas. Por cada problema que enfrentamos, hay una solución dispuesta a ser descubierta.

 

- Aunque no veas la solución, alza tu mirada y puede que la tengas ahí mismo. A veces no queremos ver la solución y necesitamos de otro que nos ayude a reconocerla.

 

- A cada problema le corresponde una solución y está en ti el poder descubrirla.

 

- Si lo que parecía ser una solución no lo es, no es el fin, prueba con otra alternativa. Cuanto más cueste encontrar una salida, mayor valor le concederás a la solución alcanzada.