¿MIENTRAS MÁS GRANDE MEJOR...?

El mito del tamaño del pene

 

En la cultura occidental, a diferencia de la oriental, lo grande siempre ha sido símbolo de poder, fuerza y capacidad. El mito del pene grande (mejor dicho,  "largo") forma parte de las fantasías de poder que se han hecho muy populares.

 

Junto con el mito del "Boy Scout" (siempre listo), el mito del tamaño del pene es el que más influye hoy en los hombres.

 

Para echar por tierra este mito, hay que conocer un dato de la anatomía de la mujer que es muy esclarecedor: la zona más sensible de la vagina se encuentra en los dos primeros centímetros de la entrada de la misma.

 

Teniendo en cuenta que los labios de la vulva tienen como promedio 3 cm (labios mayores y menores conjuntamente) y la zona más sensible de la vagina está en los dos primeros centímetros, tenemos que un pene de 6 cm puede pasar los tres centímetros de los labios y llegar a los dos primeros de la vagina con toda comodidad.

 

En vez del largo, en cambio, es más importante el ancho del pene porque estimula, por rozamiento, estos primeros centímetros más sensibles de la vagina en la mujer.

 

Otro dato que ayuda a superar este mito es que, los penes más pequeños, en estado de flacidez, crecen más en erección que aquellos de mayor longitud.

 

Vale aclarar aquí que, si nuestra pareja es de pene largo esto no causa ningún daño en la mujer pues, la vagina es una cavidad que tiene la capacidad de adaptarse a cualquier tamaño de pene.

 

Cuando una mujer se queja de que el pene de su pareja es demasiado pequeño, lo que suele suceder es que su vagina no ha desarrollado los músculos vaginales, lo suficiente. Normalmente, las paredes de la vagina son muy tónicas y se contraen alrededor del pene. Si este no fuera el caso, sería necesario ejercitar una gimnasia sexual para tonificar los músculos vaginales.

 

De más está decir que el tamaño no influye en el sexo oral pues, ya que la  estimulación está dirigida al pene y no a la boca.

 

Tampoco en el sexo anal, el tamaño del pene influye, pues la zona sensible es la del esfínter anal y éste está en la entrada del ano.

 

En el caso de las prácticas homosexuales, el varón recibe, además, la estimulación indirecta de la próstata, zona que un pene de las dimensiones antes especificadas es capaz de alcanzar.

 

Lo expresado hasta aquí serviría para reconocer que, un tratamiento para alargar el pene, puede beneficiar a la pareja (en particular al hombre) más bien a nivel psicológico que físico.

 

Entonces, para la estimulación vaginal, no es tan importante el largo del pene, pues los más pequeños pueden cumplir esta función. Por otro lado, recordemos que, para alcanzar orgasmos más profundos, la estimulación del clítoris en la mujer es más efectiva que la vaginal y, para ello, no es importante cuán grande sea el pene.

 

El Equipo de PsicoAyuda 

 

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