MI HERMANA NO COLABORA


Ahora que mi madre se está haciendo mayor y necesita ayuda, mi herma­na no colabora. Me siento muy dolida porque me toca a mí cargar con todo: cuando hay que llevarla al médico, cuando se po­ne enferma, si hay que acompañarla a hacer compras, etc. ¿Qué podría hacer para que mi hermana colabore?

Yolanda – Málaga (España)

 

Estimada Yolanda: 

Antes que nada, quisiéramos proponerte que explorases una cuestión con toda la objetivi­dad posible: ¿estás totalmente segura de que tu hermana no está asistiendo a tu madre? Piénsalo, pues es posible que ella cubra otras necesidades: no acompañando a tu madre, ni pasando noches en vela para atender­la... Quizá, sea la encargada de estar cerca de ella cuando las cosas van bien (una forma de acompañarla que puede que tú no hagas o desprecies).


Si, pese a todo, te sigue pare­ciendo que tu hermana no le da nada, te proponemos que empieces a plantearte la situa­ción de otra manera. ¿Por qué no darle a tu madre la aten­ción que tú, individualmente, puedes y quieres darle, dis­frutando de ese contacto y estando en paz con tus principios? Piensa que ayudar a tu ma­dre representa una oportuni­dad para estrechar vuestra re­lación... Tu madre está viva y cerca, sólo esto ya es un rega­lo, ¿por qué transformarlo en un esfuerzo ingrato? Aprové­chalo y, si alguien de tu familia no lo hace así, está en su pleno derecho, en todo caso intenta hacerle saber que se está per­diendo una oportunidad que puede no repetirse.


El Equipo de PsicoAyuda

TEMOR A NO RENDIR COMO SE ESPERA


Acabo de empezar mi primer trabajo como tutor en cursos de informática y tengo miedo a no poder atender adecuadamente a la gente, a cometer fa­llos y, en general a no ha­cer bien mi trabajo. La verdad es que siempre he sido muy in­seguro. ¿Cómo podría animarme a mí mismo?


Carlos – Logroño (España) 

 

Estimado Carlos:

Por tu carta parece que, debi­do al estrés inicial de tu nuevo empleo, has dejado de pensar en ti y en lo que tú esperas de ese trabajo, para obsesionarte por el puro desempeño.


Es impor­tante ejercer bien nuestro tra­bajo, pero no es menos cierto que sentirnos cómodos y no pre­sionados es lo que asegura bue­na parte de ese desempeño exi­toso y, sobre todo, nos permite disfrutar del mismo.


Si te pierdes a ti mismo tra­tando de complacer únicamen­te las demandas de la gente, nunca estarás a la altura de las demandas. Primero, porque es imposible complacer a todos y, segundo, porque siempre habrá algo más que creas que puedes ha­cer u ofrecer.


La mejor manera de animarte a ti mismo es sintiendo que dis­frutas de tu trabajo, que es im­portante para ti, que cada cosa que haces la haces de la mejor manera posible, pero gozando, en la medida de lo posible, de las tareas.

Date permiso para equivocar­te, para no saber algo de vez en cuando. Si tienes la suficiente humildad como para decir "no sé", la gente te lo agradecerá y confiará mucho más en ti, ge­nerando, además, una relación genuina con el público que acu­de a tus cursos.


Y date tiempo, acabas de em­pezar en tu nuevo empleo, tienes todo un camino por delan­te para mejorar, para desplegar habilidades nuevas, para apren­der y desarrollarte. No quieras saber hacerlo todo a la perfec­ción ahora mismo.


En resumen, ilusiónate. El me­jor antídoto contra tu ansiedad está en que encuentres el pla­cer en lo que haces. A medida que lo hagas, irá desaparecien­do tu inseguridad y te podrás concentrar en lo positivo.

 

El Equipo de PsicoAyuda

PÉRDIDA DEL DESEO SEXUAL


No es la primera vez que discuto con mi marido sobre tener sexo. No puedo comprender por qué para él es tan importante, dado que yo podría vi­vir, perfectamente, sin mantener relaciones sexua­les. Hace tiempo que he perdido el apetito sexual y la verdad es que no lo echo de menos. Aunque por otro lado, no estoy disfrutando de la vida ni de las cosas que me pasan como lo hacía antes. ¿Tendrá esto algo que ver con mi falta de apetito sexual?

Rose Mary – Nüremberg - Alemania

 

Estimada Rose Mary:

La pérdida del deseo sexual significa mu­cho más que el desinterés por el sexo. Aunque no lo creas, implica también la pérdida del erotismo para vivir, para disfrutar de cada uno de los peque­ños actos cotidianos. Cuando dices que ya no disfrutas de la vida como antes, es una consecuencia de tu desinterés por el sexo.

 

El deseo sexual fun­ciona como un termómetro de nuestro erotismo. Si bien es verdad que a veces la causa de pérdida del apetito sexual radica en un problema fí­sico y, otras veces, se debe a una fal­ta de atractivo en la pareja, quizás lo que a ti te sucede es que has perdi­do el contacto erótico con la vida. Esta carencia se refleja en muchos aspectos, pero en el sexo es en el que se detecta con más facilidad el problema, por­que es donde se hace más evidente.

 

La pérdida del erotismo vital trae aparejado ese sin sabor por la vida que tienes y, desde luego, la pérdida del erotismo sexual. Busca recuperar el erotismo en tu sexuali­dad, como primer paso, para lograr recuperarlo en tu vida.

 

Te preguntarás: ¿Y cómo lo hago?  Considera lo que mencionamos a continuación…

 

¿Cómo recuperar el deseo sexual?

En principio, comprendiendo que sexualidad y vitalidad, van de la mano. En segundo lugar, querer resolver tu falta de apetito sexual, a través de la voluntad, ejercitando el erotismo y no dejándote llevar por la dejadez y la frialdad. Te proponemos que "trabajes" estos 5 puntos que pueden ayudarte:

 

  • Erotismo es más que sexualidad

Hay una tendencia generalizada a considerar que erotismo y sexualidad son términos iguales. Lo sexual está ligado a la genitalidad, mientras que el erotismo es un impulso relacionado con la vitalidad. Aunque, podemos tener prácticas sexuales sin erotismo de por medio, el uno no es totalmente independiente del otro.

  • Ocupémonos del impulso erótico

Cuando perdemos el impulso erótico para vivir, lo expresamos, mayoritariamente, en la sexualidad. Por lo tanto, si queremos recuperar el deseo erótico tendremos que incrementar nuestras prácticas sexuales.

  • No renunciemos al apetito sexual

Ya sea por las actividades de la maternidad, las tensiones en el trabajo, la edad avanzada, etc., experimentamos una pérdida del apetito sexual y lo vemos como normal, aceptándolo sin más. Si bien se incrementa esta tendencia en aquellos que "nos dejamos arrastrar", no ignoremos que la práctica sexual beneficia a nuestra persona.

  • Ampliemos nuestra capacidad de placer

Si buscamos incrementar nuestra frecuencia en los encuentros sexuales, ampliaremos nuestro deseo sexual. Cuando hablamos de placer sexual, no nos referimos sólo a la práctica del sexo, sino a "degustar", "saborear" el mismo; para lograrlo, qué mejor que ejercitarnos en la práctica sexual.  

  • Nutramos nuestra capacidad erótica

Habremos oído que, por regla general,  el varón se estimula con lo que ve y la mujer con lo que oye; pero tanto la vista como el oído no son exclusivos de un solo sexo. Cada persona tendrá más de lo uno y menos de lo otro; lo importante es poder ampliar nuestras capacidades y desarrollar una combinación de ambos. Leamos, investiguemos, comparemos, conversemos sobre las prácticas sexuales para nutrir nuestra imaginación y ampliar nuestra capacidad erótica.

 

El Equipo de PsicoAyuda

FOBIA A LOS PERROS


Tengo mucho miedo a los perros. No puedo ni verlos; menos tocarlos o que se me acerque alguno. No importa el tamaño o la raza que tengan, y eso me limita mucho, a la hora de salir de casa, porque vivo en una zona donde siempre me cruzo con algún perro.  

 

¿Qué me recomiendan para vencer esta situación?


Marisa – Melilla (España)  

 

Estimada Marisa:

Las fobias, los miedos o la repul­sión, por algún animal, pueden tener diversos orígenes como una traumática experiencia personal o un encubierto mandato o pauta educativa o cultural. Puede también tratarse de la proyección de otro tipo de miedo, que nada tiene que ver con el animal en sío la situación temida. Sólo como ejemplo mencionamos que es bastante frecuente el traspaso de un miedo relacionado con el área sexual a un temor al contacto con algún animal (perro, gato, araña, lagartija, etc.).


En todo caso, es importante que te ocupes de esta fobia si dificul­ta tu vida diaria. Para ello, en primer lugar, puedes in­vestigar qué tensiones su­frías cuándo apa­recióel temor y, entonces, ver la relación entre la fobia y las emociones con que se vinculan.

 

En el sentido opuesto, también podrías pre­guntarte por los beneficios que ob­tienes de la fobia a los perros: llamar la atención de alguna persona, saltarte alguna res­ponsabilidad que no quieres hacer, etc. y, tomar la decisión de enfrentarse a aquello que evitas.

Por último, recuerda que si esta fobia a los perros impide realizar tus actividades diarias, puedes buscar ayuda profesional cualificada que te acompañe en el proceso de superarla.

 

El Equipo de PsicoAyuda

¿QUÉ HACER EN LA VIDA?

 

Tengo 30 años y no sé qué ha­cer con mi vida. Trabajo como empleada en una tienda; el trabajo no es malo y, aunque gano lo suficiente, no me veo en este trabajo toda mi vida.

Siempre lo hablo con mis padres y ellos me dicen que yo podría hacer más. Por más que pienso, no sé qué podría ha­cer y eso me preocupa mucho.

Francis – Ciudad de México - México

 

Estimada Francis: Sin importar la edad que tengamos, siempre es bueno cuestionarnos si estamos haciendo lo que deseamos, o en camino a hacerlo.

La pregunta que te haces: "¿Qué podría hacer?" suena a una obligación; como si para realizarte en la vida tienes que "hacer algo".


Te proponemos reformular tu pregunta. En vez de: "¿Qué podría hacer?", podrías preguntarte: "¿Qué me gustaría hacer?".


Al preguntarte por lo que te "gustaría hacer", te conducirá por el camino del disfrute. También, esta forma de preguntarte, te libera de hacer algo para complacer a otros y te lleva a explorar lo que contribuye a tu felicidad.


Quizás, por ahora, debas conservar tu trabajo actual mientras te encaminas hacia tu realización. Seguramente, esto no te proporcionará una satisfacción inmediata pero sabrás que estás en la senda correcta.

 

El Equipo de PsicoAyuda

 

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