Fiestas, ¿con quién?

¿Con quién pasar las Fiestas de Fin de Año?

 

Optando con libertad, lo que nos hace bien, teniendo en cuenta al otro y hasta sumando las opciones de la modernidad, la Nochebuena y el Fin de Año pueden dejar de ser una carga pesada y convertirse, definitivamente, en lo que son: verdaderas fiestas.

 

Dentro de días u horas, estaremos, nuevamente ya estamos en las Fiestas de Fin de Año. Se suman las compras, los preparativos y  la organización; aparecen los brindis con amigos, compañeros de trabajo, cierres de ciclos escolares, despedidas y bienvenidas. Sobre todo esto está, el que suele ser, el conflicto principal para casi todos: ¿Con quién pasaré las fiestas? ¿Con la familia, los amigos o en soledad para evitar problemas? ¿Cómo negociar con los otros el propio criterio o la propia elección?

 

Tomar la decisión de con quién y dónde celebrar las fiestas nos genera conflictos internos entre lo que quiero y lo que debo, debido a conflictos vinculares que, por lo general, son arrastrados desde malas experiencias pasadas. Por eso, lo primero es buscar el camino más saludable para librarnos de todas las ataduras provenientes de las viejas creencias que nos esclavizan, enferman y limitan nuestras aptitudes y actitudes más valiosas.

 

Y ya que son situaciones que se repiten todos los años, es saludable aprender definitivamente a dialogar, negociar y establecer ciertos acuerdos ya sea con la pareja, la familia o los amigos, realzando lo que pensamos, respetando la decisión de los otros, siendo flexibles ante circunstancias especiales y aceptando el acuerdo.

 

Si somos conscientes que estas Fiestas de Fin de Año son el preludio para el nuevo año que comenzaremos, buscaremos que sea una experiencia enriquecedora, que nos motive y no que nos hunda.

 

Además de la espiritualidad que encierran las fiestas en general, y la Navidad en particular, seamos o no creyentes, este es un momento de regocijo, que nos llama a rodearnos de amigos, familiares o seres queridos y por qué no, construir nuevos vínculos, lo cual fortalecerá nuestra salud emocional, en primer lugar, nuestra salud mental y por ende nuestra salud física. El estar y compartir este momento con aquellas personas que son comprensivas y contenedoras es la mejor terapia para cualquier dolencia que se pueda llegar a agravar en esta época.

 

Qué  importante es aprender a descubrir y a reconocer los mandatos insanos que guían nuestra vida y no nos dejan gozar de nuestra libertad. Todos hemos incorporado mandatos desde la infancia, muchos de los cuales ya no nos sirven para la vida cotidiana y que hay que aprender a discernir, con claridad, para separar los negativos, romper con ellos y tener una mayor libertad.

 

Para que las fiestas sean saludables y no una fuente de conflicto y sufrimiento, es necesario conocernos, estar en contacto con nuestro interior para llegar a "ser uno mismo" y para eso se necesita poder usar la libertad responsable. "Soy yo" quien elige las opciones y no los otros los que deciden por mí.

 

Conocernos nos permitirá optar sanamente, liberándonos de dependencias externas. Para lograrlo, debemos reflexionar a través de la auto-observación y la auto-aceptación. Como decía Platón, "la vida que no se examina no merece ser vivida". Es saludable conocer qué es lo que llevamos adentro y ordenarnos para poder ser coherentes con aquello que pensamos, sentimos y hacemos.

 

Entonces, la mejor decisión es aquella que nos haga sentir bien con nosotros mismos, aunque sin olvidar a los otros para encontrar así un sano equilibrio. ¿Te animarás a hacerlo esta vez?

 

El Equipo de PsicoAyuda

 

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