Abrirte a los demás

5 CONCEPTOS para ABRIRTE frente a los DEMÁS

 

A veces reducimos nuestro círculo de relaciones por ciertos prejuicios, temores o desinterés. Abrirlo solo depende de nosotros. Ampliar nuestras relaciones y cui­dar de las que ya tenemos preci­sa de un elemento básico: nues­tra voluntad, a veces acallada por excusas como la falta de tiempo para los de­más, el cansancio o el miedo a conocer a otras personas (miedo alimentado por prejuicios negativos como no creernos lo suficiente­mente interesantes, o no saber qué decir). Eli­minar esas barreras mentales y mostrarnos más receptivos con los demás nos permitirá descubrir lo mucho que podemos ofrecer y recibir en ese intercambio con la sociedad que nos rodea. Te compartimos cómo hacerlo.

 

1. AVANZA… EN MEDIO DEL TEMOR

 

Es importante saber que la mayoría de las personas, cuando nos tenemos que enfren­tar a situaciones nuevas, acostumbramos a experimentar una sensación de cierta intran­quilidad o ansiedad. Quienes se consideran menos sociables creen que son los únicos a los que les ocurre esto. Pero el problema no es tener miedo o ansiedad, sino qué hace­mos con estos sentimientos. Cuanto más evitamos exponernos a situaciones nuevas, más nos aislamos. Hemos de buscar las re­laciones, aunque tengamos una cierta an­siedad o temor, ya que éste puede ser el ca­mino para hacerlo cada vez mejor.

 

2. DESCARTA… LA DESCONFIANZA

 

El miedo a que los demás nos rechacen es uno de los mayores obstáculos al que nos en­frentamos a la hora de relacionarnos. Las ideas pesimistas y equivocadas sobre noso­tros mismos no nos ayudan a ser más socia­bles; al contrario, nuestra actitud negativa provoca en los otros desconfianza y el tan te­mido rechazo. Sí, a menudo, pensamos que cuando intentemos hablar con alguien nos va a ignorar, partimos de una actitud de desconfianza que genera en los demás la misma reac­ción; es decir, ellos pensarán que esconde­mos algo o que queremos pedirles alguna cosa. Esto, a su vez, reforzará la idea de que las relaciones se nos dan mal, y entraremos así en un círculo vicioso: nos convencemos de que no sabemos relacionarnos, no lo in­tentamos y nos concedemos cada vez menos oportunidades. Es necesario descartar esta desconfianza.

 

3. ACTÚA… COMO SI FUERA FÁCIL

 

Si cuando nos queremos relacionar con al­guien mantenemos una actitud confiada, sonreímos y permanecemos relajados, es más fácil que las personas con las que esta­mos se muestren predispuestas y

abiertas, y la relación sea fluida. Para poder lograr esa actitud, cuando no nos sale, espontánea­mente, debemos actuar como si nos resul­tara sencillo hacerlo. Nuestra actuación nos ayudará a comprobar cómo cambia la reac­ción de los demás y, de esta manera, nos da­remos cuenta tanto de los prejuicios que te­níamos sobre nosotros mismos, como de nuestras habilidades sociales.

 

4. PRACTICA… HASTA LOGRARLO

 

Para mejorar nuestro nivel de sociabilidad debemos dar pie, a modo de ensayo, a dife­rentes experiencias de relación con distintas personas, empleando el "como si supiéramos relacionarnos". De esta manera, podremos comprobar y admitir que hay personas con las que nos es más fácil conectar y otras que no nos gustan y a las que no les gustamos. La práctica, como en muchos casos, nos provee de esa confianza hasta lograr tener apertura social.

 

5. BUSCA… UNA SOCIABILIDAD A TU MEDIDA

 

"Si tengo que llegar a ser una persona tan sociable como me imagino, mejor me que­do en casa solo", se dicen algunas perso­nas. Y es que el tener expectativas muy ale­jadas de la realidad de uno mismo entorpece en lugar de ayudar. Podemos ampliar nues­tras relaciones y dejar de evitar las situacio­nes sociales, pero lo que es verdaderamen­te difícil de conseguir es que, de la noche a la mañana, cambiemos tanto que queramos estar todo el día con gente, especialmente si somos personas a las que más bien les gusta la soledad. Con la práctica, podemos conseguir vivir más tranquilos, sin que las relaciones signifiquen un agobio para nosotros, pero sin dejar de ser como somos.

 

¿Cuál es la medida de tu sociabilidad?

 El Equipo de PsicoAyuda

 

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